La pesadilla de cualquier mujer lleva el nombre de Gabriel Ramírez, un hombre de Dallas quien se tatuó el nombre de una joven por todo su cuerpo y fue encontrado culpable de dispararle al padre de la adolescente con la que estaba obsesionado.
Ramírez, de 23 años, se declaró culpable el jueves en la tarde de acosar a su vecina de 17 años y después de balear a su padre en repetidas ocasiones.
Según documentados presentado en corte, el acusado acechaba a la menor incesantemente y dijo que haría lo que fuera por ella “porque la ama”. Inclusive, tiene 11 tatuajes de ella en todo su cuerpo, incluyendo su cumpleaños, su dirección y muchos corazones.
Durante su testimonio, Ramírez le confesó al juez que estaba bajo la influencia de las drogas cuando en junio del 2013, llegó a casa de la joven y baleó a su padre por haberle prohibido que se acercara a su hija.
El padre logró sobrevivir pero tuvo que ser sometido a varias operaciones.
La víctima y Ramírez nunca tuvieron una relación pero el hombre le mandaba flores y trató de verla en repetidas ocasiones.
Por estos crímenes, el sujeto obsesionado fue sentenciado a 20 años en prisión por asalto y 10 más por acoso.
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La víctima del acoso estuvo presente en corte pero decidió no hablar.