La muerte de los nueve trabajadores del VTA ha dejado un gran vacío no solo en la comunidad sino en las familias que tienen que lidiar con una tragedia a la que no le encuentran explicación.
Familias describieron como buenas personas a tres de las nueve víctimas.
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Visiblemente afectado y con lágrimas en la cara el padre de Paulo Delacruz Megía, de 42 años aseguró que su hijo era un buen hombre.
“Era un buen hijo que hacía lo que se necesitaba por su familia, lo extraño. Los hijos de Paulo son increíbles, estudiantes de honor y lo van a extrañar, este es el peor sentimiento que jamás alguien puede sentir. Jamás volveré a verlo, era mi hijo y mi mejor amigo con quién iba a pescar”, dijo Leonard Megia.
Timothy Michael Romo, otras de las personas que perdió la vida en el tiroteo, tenía 20 años como empleado del VTA.
Lance Walker, alcalde de Greenfield, donde era residente Romo y su familia, aseguró que era una persona excepcional.
“Es un día muy triste en Greenfield, el padre de Romo fue jefe policial en la ciudad y Alcalde hace un tiempo son una familia excepcional. Extiendo mis condolencias a toda la familia”, indicó Walker.
Por su parte, la madre de Michel Rudometkin, quien tenía 40 años, a través de un comunicado expresó su sentir ante la muerte de su hijo.
"Fue un hijo increíble, un hermano, un esposo amoroso, un tío, un primo y amigos de muchos . Siempre estuvo dispuesto a ayudar", aseguró
