San Francisco

Triatleta mexicana supera todas las adversidades en el triatlón de Alcatraz

La tapatía lleva al límite la capacidad física, mental, la disciplina y la motivación para ganar una lucha personal.

Telemundo

"No se llega a campeón sin sudar" decía el filósofo Epicteto. Y es que en el triatlón no solo se suda para triunfar, sino que se llega al límite la capacidad física, mental, la disciplina y la motivación para ganar una lucha personal.

La humanidad encontró la forma de retarse al extremo en esta mezcla de natación, atletismo y ciclismo hace más de medio siglo en California y Hawái.

Uno de los triatlones más icónicos es este: Escape de Alcatraz. Cada año llegan unas dos mil almas en busca de superarse a sí mismas y de sentir la adrenalina de salir de la prisión más famosa del mundo.

Una de ellas es Diana. Ella es de Guadalajara y aseguró que el mayor reto de esta competencia, es el sicológico. “Una caída de metro y medio, dos metros. Una vez que brincas tienes que nadar 2,500 metros, llegas a la bahía, haces la transición, y son 18 millas para rodar. Regresas y te pones los tenis y es la carrera”.

Diana acumula en su haber no solo el título de triatleta. Es mamá de dos niños, maestra universitaria esposa y ama de casa. Su sueño deportivo le cuesta hacer malabares con todo eso y encima duerme poco. “Pero saber lo que quiero hacer y a dónde quiero llegar es lo que me motiva a despertar a las 5 e la mañana para hacer todo lo que deseo en el día”

Y lo primero, es salir a entrenar. “Según el día me toca hora y media en bici, una hora nadando o una hora corriendo.Regreso, hago el desayuno, les doy a mis pequeños, esposo, llevo a los niños a la escuela, me arreglo, voy a trabajar”

Prepararse para el Triatlón de Alcatraz, además, implica tres meses bajo un plan específico.

“Solo así se puede garantizar el éxito, salvo que sucedan cosas que uno no pueda controlar”.

Diana recordó dos lesiones que tuvo durante los entrenamientos para este triatlón, que requirieron cirugía y le causaron estrés y frustración “siento que toqué fondo, lloré, pataleé”

Y cuando se toca fondo, no hay otra alternativa más que subir. Y Diana lo hizo para demostrar a sus hijos “que no hay límites y pueden hacer todo lo que quieran en esta vida”.

Y ella pudo con todo. Fuimos testigos de cómo Diana superó sus impedimentos físicos y sus miedos. Nadó, rodó y corrió. Completó la carrera llevándose el tercer lugar en ciclismo y la eterna satisfacción de haber superado sus propias expectativas.

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