Estuvo atada a una silla de ruedas por años, pero decidió cambiar su vida. Gracias a su valentía y fuerza de voluntad logró lo que pocos esperaban sucedería y con eso su historia continúa escribiéndose.
Karen Valdovin hace 30 sentadillas, 10 abdominales y 10 lagartijas durante su extenuante entrenamiento dos días a la semana.
Pero hace 10 meses Karen logró su mayor reto, pararse de la silla de ruedas y caminar con la ayuda de muletas.
“Cuando nací tenía muy abierto los nervios atrás de la espalda, se llama espina bífida”, dijo Valdovin.
La espina bífida ocurre si la columna vertebral del feto no se cierra completamente durante el primer mes de embarazo.
De acuerdo con el Centro Para el Control y Prevención de Enfermedades, en Estados Unidos cada año unos 1,645 bebés nacen con esta condición.
Pero eso no ha detenido a Valdovin, su dedicación, disciplina y esfuerzo pudieron más que esa condición que la ataba a la silla de ruedas.
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“Lo que era mi protección era mi silla”, dijo Valdovin. “Cuando yo estoy en la silla todo mundo alrededor es para protegerme”.
No solo dejó la silla, ahora está compitiendo como fisicoculturista. Ganó el premio como mejor fisicoculturista entre competidores con necesidades especiales.
Todos estos logros no han llegado fácil, asegura que en momentos estuvo a punto de darse por vencida.
“Lo más difícil son las sentadillas, no tengo fuerza en la parte de atrás de las piernas”, dijo Valdovin. “Si me levanto, pero se siente restringido”.
Valdovin es el mejor ejemplo de que el fisicoculturismo es más que cuerpos bronceados con músculos tonificados. Para ella, se convirtió en una forma de vida.
“Le ha cambiado la vida porque te cambia hasta la mente”, dijo Nora Reynoso. “Recuerda estas en el gimnasio cuidándote a ti misma”.
Entiende que tiene limitaciones, pero no se da por vencida y por eso aprendió a tratar su cuerpo como un santuario, quererlo y respetarlo.
“Ya empecé yo a tenerme lastima”, dijo Valdovin. “Ya es problema de uno cuando uno empieza uno a pensarlo mucho”.
Se olvidó de la lastima, se empoderó y su nuevo reto es dejar las muletas.
