Alejandro Bedoya usó su pierna -- y su voz -- para hacer una declaración el 4 de agosto del 2019.
El equipo de Philadelphia Union viajó a la capital del país para jugar frente a DC United. El partido tenía implicancias en la tabla de posiciones de la MLS, pero el fútbol no era la única cosa en la mente de los jugadores aquel día.
Veintitrés personas fueron asesinadas a tiros en El Paso, Texas, el día antes del partido. Menos de 24 horas después, otra masacre se llevó la vida de nueve personas en Dayton, Ohio.
El partido se jugó el mismo día del tiroteo en Dayton. Bedoya puso a su equipo en la pizarra con un gol al tercer minuto, pero lo que hizo después fue lo que atrajo la atención de la gente, a poco menos de dos millas, en Capitolio.
Una vez que Bedoya celebró con sus compañeros, tomó uno de los micrófonos en el estadio Audi Field y gritó: “Hey, Congreso, hagan algo ya. Terminen con la violencia de armas”.
“Como atleta, estás acostumbrado a compartimentalizar las cosas”, dijo Bedoya en el podcast "Mi Mundialista Favorito", en NBCLX. “Tus pensamientos y solo poder enfocarse y cambiar. No pude”.
El llamado de Bedoya a la acción se extendió en el estado, internet y en el país de manera instantánea. Hasta le informaron que su mensaje se había hecho viral durante el partido.
“Recuerdo que tras el primer tiempo, había un policía en el costado, en realidad, cerca del túnel”, dijo Bedoya. “Y me dijo algo así como ‘no sabía lo que habías dicho inicialmente, pero recibí muchos mensajes y te doy las gracias por lo que dijiste’”.
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Como muchos estadounidenses, el tema de la violencia por las armas es muy cercano para Bedoya. El exmediocampista de la selección nacional creció a 20 millas de Parkland, en Florida, donde está la escuela secundaria Marjorie Stonemann Douglas, donde en el 2018 hubo un tiroteo donde murieron 17. Tras esa masacre, Bedoya decidió que era el momento de actuar.
“Algunos tratan de decir que no hay que mezclar la política con el deporte, o esto o aquello”, dijo Bedoya. “Pero para mi, esto no es un tema político. Trato de ser lo más nopartidista posible y vengo desde un lugar como padre. Soy un vecino. Soy un miembro de la comunidad. Soy alguien que ha visto a mis compañeros y vecinos, y he sido afectado directamente por la violencia de las armas. Así que es un tema muy cercano para mi”.
Ese sentimiento es compartido por los excompañeros de Bedoya en la selección nacional. Jugadores como DeAndre Yedlin, Mark McKenzie y Chris Richards juegan profesionalmente en el extranjero y son preguntados acerca de la violencia de armas en EEUU por sus compañeros de otros países. Richards, que jugó cuatro años en Alemania antes de unirse este año al Crystal Palace de la Liga Premier, dijo que se sintió más seguro en el extranjero que en su ciudad natal.
Estados Unidos sintió la devastación de la violencia de las armas otra vez el 24 de mayo del 2022 cuando 19 niños y dos docentes fueron asesinados a tiros en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas. Dicha tragedia ocurrió diez días después de que diez personas de raza negra fueron asesinados en un supermercado en Buffalo, Nueva York.
El 5 de junio, la selección nacional de EEUU decidió una acción colectiva. El equipo escribió y publicó una carta al Congreso, haciendo un llamado a leyes más duras sobre las armas. La carta citó las preguntas a las que los jugadores se enfrentaron acerca de la violencia en EEUU mientras jugaban en el extranjero y rogaron al Congreso que vote afirmativamente en la legislación “que hace más que lo mínimo y que traerá una significante reducción en la violencia con armas”.
“Creo que estuve muy orgulloso cuando ví la carta”, dijo Bedoya sobre la iniciativa de sus excompañeros. “Parece que los muchachos están muy unidos. Y lo sienten muy fuerte ya que lo quisieron compartir en una carta juntos. Y creo que vino también de la Federación, así que hubo un muy buen apoyo ahí”.
Según Yedlin, actos “cliché” como declaraciones en Twitter, momentos de silencio y camisetas, no eran lo suficiente.
“Creo que hay que ir a las raíces y a la gente que tiene el poder de un cambio real”, dijo. “Y eso era el Congreso”.
La oportunidad real llegó más tarde ese mes. La Casa de Representantes aprobó el Acta Bipartidista de Comunidades Más Seguras el 24 de junio con 234 votos a favor y 193 en contra. La ley prometió mejorar y reforzar el monitoreo del historial de quienes compran armas que son menores de 21 años, proveyó fondos para intervenir en crisis en todos los estados y ofreció otras condiciones que apuntan a combatir la violencia con armas. El presidente Joe Biden firmó la ley al día siguiente, convirtiéndola en la primera iniciativa federal sobre armas en décadas.
Bedoya estaba presente en la Casa Blanca para celebrar la aprobación de la ley. Mientras reconoce el progreso que la ley significa, el evento fue un triste recordatorio sobre por qué se necesita una ley así.
“Fue un momento monumental, ya que se trataba de la primera vez en casi 30 años de que se aprobaba una ley de sentido común sobre las armas”, dijo. “Pero al mismo tiempo, fue trágico porque en el evento estaban varias familias que habían sido traumatizadas por la violencia con armas y que es tan arraigada en nuestro país”.