Argentina ve díficil sacar el submarino ARA San Juan del fondo del mar

Los familiares de las víctimas piden el rescate de la nave para saber toda "la verdad".

El Gobierno de Argentina reconoció este sábado que no cuenta con los medios técnicos para reflotar el submarino ARA San Juan, localizado tras más de un año desaparecido, mientras los familiares de las víctimas piden el rescate de la nave para saber toda "la verdad" sobre los hechos.

El ministro de Defensa, Oscar Aguad, dijo en una rueda de prensa que la Armada carece de sumergibles “de tecnología moderna” capaces de “verificar el lecho marino” y de otro “equipamiento” para extraer la nave ARA San Juan, encontrada en la madrugada. Indicó que la justicia tendrá que determinar qué pasos se han de seguir.

"Necesitamos saber qué pasó y por qué el submarino se fue a pique de la manera que lo hizo sin mediar tiempo y sin que ellos pudieran hacer nada, porque esa es una de las explicaciones que nadie se puede dar", remarcó el ministro.

El Ejecutivo ya ha anunciado duelo nacional en honor a los 44 tripulantes del buque, en una jornada marcada por una mezcla de alivio, dolor y rabia entre sus seres queridos y con la sociedad impactada por conocer dónde reposan los restos de la nave tras 366 días de incertidumbre.

Mientras, en la ciudad bonaerense de Mar del Plata, donde el ARA San Juan tenía su base y era destino de la travesía en la que desapareció, los familiares escuchaban expectantes por televisión esas palabras y las de las autoridades de la Armada, cuerpo castrense al que pertenecía el buque.

"Yo confiaba que lo iban a encontrar. Lo único que quiero es que haya verdad y justicia y que los verdaderos culpables de esta tragedia paguen", afirmó Hilda Colombani, madre de Fernando Mendoza, teniente de navío del sumergible.

Según los datos oficiales, el submarino -fabricado en Alemania e integrado en 1985 a la Armada argentina, donde fue sometido a una revisión de 'media vida' entre 2008 y 2014- sufrió una "implosión" cuando se perdió su rastro, el 15 de noviembre de 2017, y quedó alojado en una hondonada que lo ocultó a los radares.

Su hallazgo se produjo a media milla de profundidad tras dos meses de búsqueda con el barco "Seabed Constructor", provisto de cinco Vehículos Submarinos Autónomos capaces de operar hasta casi 4 millas de profundidad, un laboratorio informático de última generación, dos clases de robot, grúas, helipuerto y lanchas rápidas.

La empresa iba a abandonar esta semana la búsqueda, en principio por unos meses, hasta que en las últimas horas decidió volver a revisar diversos puntos documentados y se dirigió al lugar donde se ha hallado el contacto definitivo.

La compañía estadounidense, que cobrará $7.5 millones por el hallazgo -el contrato con el Gobierno establecía que solo obtendría el pago si encontraba el submarino, con un plazo mínimo de dos meses-, especificó que el sumergible estaba a unas 327 millas de la ciudad de Comodoro Rivadavia.

Las imágenes tomadas por la empresa estadounidense Ocean Infinity, contratada por el Gobierno para la búsqueda, confirman que el submarino se partió en varias partes.

Familiares ya han expresado sus dudas en que se esté diciendo la verdad, principalmente por haberse encontrado el San Juan en un lugar que ya fue rastreado intensamente con medios humanos y técnicos de multitud de países en 2017, después de que diversas agencias internacionales registraran en esa zona una explosión tras desaparecer.

"En la forma que está desmembrado queremos ver si algo lo golpeó de arriba. Si es una implosión tendrían que haberse encogido un poco, pero no desmembrarse de la forma que está", señaló Yolanda Mendiola, madre del cabo Leandro Cisneros.

"Tenemos una duda de que el submarino esté ahí como nos muestran, medio torsionado, no sabemos si dentro están los chicos. Entonces lo que vamos a pedir es que lo saquen", remarcó la mujer a las puertas del hotel donde se concentran los allegados a "los 44 del San Juan".

Aunque en Mar del Plata residen muchos de ellos, otros se encontraban en la ciudad por haber acudido el jueves a los homenajes por el aniversario de la desaparición, en los que participó el presidente del país, Mauricio Macri, con un discurso muy criticado por los familiares, que reprochan la forma cómo ha afrontado el Gobierno la búsqueda.

"El año pasado ese vocero (en referencia al capitán Enrique Balbi) dijo que el submarino había explotado. ¿por qué no lo buscaron en ese lugar? ¡ahora apareció! Nos desinformaron un año, jugaron con los sentimientos, con el dolor y la paciencia", consideró Cristian Torres, primo cabo principal Jorge Valdez.

La Armada reconoció que el lugar donde se ha encontrado el buque, a 500 kilómetros de la costa, coincide con la zona desde la que se comunicó por última vez el comandante, el 15 de noviembre de 2017, cuando este alertó de que se había producido un principio de incendio en las baterías, un problema que según las autoridades fue resuelto y el submarino pudo seguir su viaje.

"Pasaron todos esos barcos por esa zona y nunca lo pudieron detectar. No era fácil y no es fácil encontrar un submarino y menos en las profundidades donde lo hemos encontrado", explicó Aguad.

Tanto el Gobierno como el jefe de la Armada, José Luis Villán, supeditaron la posibilidad de reflotarlo a la decisión de la jueza -que debe determinar en qué momento se podrían remover los restos sin contaminarlos- y a la tecnología necesaria.

"No teníamos medios ni siquiera para bajar a las profundidades del mar. Ni tenemos equipamiento para extraer un buque de estas características", reconoció Aguad, que adelantó que aunque se ve muy "difícil" el reflote, hay que recabar la información vertida por Ocean Infinity para saber cómo continuar.

El último paradero conocido de la nave, en cuya primera fase de búsqueda habían participado medios de 13 países, sin éxito, fue a unas 268 millas de la costa patagónica argentina, cuando estaba de camino desde Ushuaia, donde había realizado ejercicios militares, a la bonaerense ciudad de Mar del Plata, donde estaba su base.

En su última comunicación, en las primeras horas del 15 de noviembre de 2017, el comandante del San Juan había informado que se había producido un principio de incendio en un compartimento de baterías por la entrada de agua del submarino, un problema que según la Armada fue resuelto y el submarino pudo seguir su viaje.

La búsqueda en el océano se delimitó principalmente en una zona donde varias agencias internacionales señalaron que se detectó una explosión horas después de que desapareciera la nave.

"Vamos a ir paso a paso y siempre a disposición de la justicia para poder esclarecer qué pasó", dijo el portavoz de la Armada Rodolfo Ramallo, que destacó que el buque se encontró en el "área 1", donde el cuerpo castrense "dijo que se había producido la última comunicación del submarino".

Las circunstancias en torno al "principio de incendio" y las condiciones en las que se encontraba el buque -que fue fabricado en Alemania, incorporado a la Armada argentina en 1985 y sometido a una reparación de media vida entre 2008 y 2014- están siendo investigadas por la Justicia.

También una comisión parlamentaria analiza los pormenores de la desaparición mediante los testimonios de miembros de la Armada y otras autoridades.

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