Muy pronto los sacerdotes podrían ser obligados a romper el secreto de confesión si reciben información sobre un caso de abuso sexual.
El Senado de California aprobó el miércoles la ley SB360 que exige a los sacerdotes católicos que informen a las autoridades civiles cuando una persona les confiese haber cometido abuso sexual en contra de un menor de edad.
La ley pasó en el Senado con una votación de 30 a favor y 4 en contra.
La Liga Católica por los Derechos Religiosos y Civiles afirmó que la aprobación de esta ley “es un ataque frontal a la libertad religiosa” y además añadieron que “el proyecto de ley es absolutamente inaplicable”.
La ley será enviada a la Asamblea del Estado para ser o no aprobada definitivamente.
Por su parte, autoridades religiosas afirmaron que el proyecto de ley “no hará nada para ayudar a proteger a los menores del flagelo del abuso sexual”.