Una familia de Oaxaca ha vivido el suplicio de no saber si uno de sus seres queridos murió cruzando la frontera.
El lunes, tres años después de haber hablado con él por última vez, empiezan a tener certeza de lo ocurrido.
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“Siempre me dormía pidiéndole a Dios, ¿dónde está mi hermano?’” dijo Maria Jovita Monico.
Ella dice que han estado viviendo un calvario después de que su hermano Dionicio Monico, desapareció al cruzar la frontera en febrero del 2021.
A los dos meses en Texas, encontraron un cuerpo con su identificación al lado.
“Estaba ya descompuesto, esqueleto no no se reconocía”, dijo Maria Jovita.
Aunque temían lo peor, era necesaria la confirmación forense, para que les entregaran el cuerpo.
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Es cuando empezo otra tortura. Lo que pensaron tomaría uno o dos meses, comenzó a dilatarse. Primero por un año, luego por dos. Entre tanto, la salud de su mamá y papá empezó a pasar factura.
“Ella decía solo estaba esperando a su hijo, rezaba a Dios que su hijo iba a llegar un dia”, dijo Maria Jovita.
Aunque su papá falleció a los dos meses, ahora casi tres años después, recibieron la confirmación del forense en Texas, de que si era Dionicio así que hacen preparativos para darle cristiana sepultura.
“Tranquilidad por mi mamá que es la que ha estado sufriendo mucho por él”, dijo Maria Jovita.
Pero si hay algo que hizo esta familia es que jamás se resignaron y tocaron todas las puertas posibles hasta que lograron identificar a su hermano.
Buscaron la ayuda de medios de comunicación como Telemundo 48 que publicamos la historia en el 2022.
También contaron con la ayuda de la red de consulados de México que los asistieron a pesar de que el cuerpo estaba en Texas.
“En San Francisco ahí me hicieron las pruebas de ADN, me mostraron las fotos de mi hermano”, dijo Maria Jovita.
Y ahora con la certeza de su identidad se abren otras dudas.
“Queremos saber de qué murió, si no lo torturaron, murió por hambre o frío”, dijo Maria Jovita. “Si inmigracion andan como hormigas en la frontera como va a ser que lo encontraron en una caseta de cazadores como esqueleto y nadie lo ayudó si inmigracion no se duerme”.
Aunque triste, Jvita está tranquila que pudo calmar la incertidumbre que otros no han logrado.
“No solo es uno, hay un montón que están esperando a su difunto, no solo éramos nosotros hay varios”, ella dijo.
