Desde la muerte de sus hijos, dos madres del Área de la Bahía se han enfocado en impulsar la importancia de la donación de órganos.
Irma Navarro no pasa un día en que no recuerde a su hija Nancy, de 16 años, quien murió trágicamente en octubre de 2020.
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"Nancy era muy buena, y muy linda por fuera y por dentro, llena de alegría, de felicidad, de amor, era una niña que siempre tenía sus sueños y sus ilusiones", dijo Irma.
Los órganos de Nancy fueron donados para salvar la vida de siete personas.
"Y al donar sus órganos, para mí como madre, me hace sentir fuerte, muy fuerte. Saber que ella está, su corazón latiendo en otro ser, sus pulmones, sus riñones, su hígado su páncreas. Es algo maravilloso, porque no se fue del todo, ella aún está", expresó Irma.
Este mismo sentir lo comparte con Sharon Castellanos, quien perdió a su hijo Brandon, de 18 años, tras sufrir un accidente de tránsito en junio de 2006.
"El dolor era tan fuerte que yo sabía que yo necesitaba hacer algo, entonces comencé a ir a la escuela para avisar, a educar a los jóvenes a donar”, afirmó Sharon.
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Ambas se han dado a la tarea de alzar la voz para que los demás sepan la importancia de la donación de órganos como medio para salvarle la vida a millones de personas.
"Brandon es un ejemplo para todos nosotros, para pensar en esto y ojalá que decidamos decir que sí", indicó Sharon.
Los órganos y tejidos de Brandon fueron donados a 55 personas.
Gracias a su labor, el Distrito Escolar SOFA de San José, realizó un mural dedicado a ellas y a sus hijos.
"Mi hija ya no está con nosotros, ya no está pero sé que tenemos esa conexión con esos órganos porque los sentimos y los palpitamos, hace el duelo más liviano para nosotros", puntualizó Irma.
