Antes de la llegada de la pandemia, muchos eran los abuelitos que se reunían para compartir y pasar el día en el Centro Latino en la Misión de San Francisco, sin embargo, han debido de adaptarse a la nueva normalidad.
“Extrañamos las amistades, nos ha dado depresión, pero tenemos que soportarla”, aseguró Bernardo Estrada, asiduo al centro.
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El centro latino ha tenido que reinventarse para continuar brindándole asistencia alimentaria a quienes más lo necesitan.
“De venir a tomarse su cafecito antes de que se sirva el almuerzo y ahora verlos afuera, es algo triste verlos haciendo fila, pero por lo menos reciben el almuerzo”, aseguró Maria Eugenia Sardi, vocera del Centro latino de San Francisco.
La organización también ha cambiado la forma en la que dictan las clases de ciudadanía, por lo que debieron contratar profesores para que impartan las clases por teléfono.
“Un poquito complicado porque no es igual que estar en frente al maestro. Se agradece pues que uno tenga la oportunidad como sea de que alguien le pueda ayudar a uno aunque sea por teléfono”, expresó Bernardita Muñoz, quien toma clases por teléfono.
Sin embargo, a pesar de las adversidades quienes reciben ayuda en el centro latino aseguran que este año les ha dejado aprendizajes.
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“Tienen que valorar a la familia, estar más únicos en todo”, aseguró Asunción Velásquez.
