BERLÍN (AP) — Científicos han observado a chimpancés en el medio natural disfrutar de un bocadillo inusual: carne de tortuga, que extraen luego de estrellar al animal contra un árbol para romper el caparazón.
En un trabajo publicado el jueves en la revista Scientific Reports, los investigadores dicen haber observado esta conducta en decenas de ocasiones en un grupo de chimpancés del Parque Nacional Loango de Gabón, y que esto refuerza la idea de que los primos lejanos del hombre desarrollan sus propias culturas singulares.
Tobias Deschner, uno de los autores, dijo que si bien los chimpancés y las tortugas coexisten en otros lugares _y se sabe que primates tales como los babuinos y mandriles comen tortugas jóvenes de caparazón blando_ jamás se los había visto romper y comer a los reptiles.
Una posible explicación es que en la región de Loango abundan las frutas de cáscara dura, como la nuez vómica, a la que hay que estrellar contra un árbol para poder comerla, lo cual impulsa a algunos chimpancés emprendedores a intentarlo con las tortugas.
“Ves un objeto de exterior duro con algo interesante adentro y sientes el impulso de abrirlo”, dijo Deschner, especialista en primates del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig. “Si puedo hacerlo con la fruta y tengo el problema con un animal de exterior duro y algo adentro a lo que quiero acceder, entonces se me ocurre, ¿por qué no hacerlo exactamente de la misma manera?”.
Algunos científicos rechazan la idea de que los chimpancés sean capaces de dar semejante salto mental y mucho menos transmitirlo a otros de manera tal que se convierte en una “práctica cultural” de toda la población.
Pero Deschner y sus colegas de la Universidad de Osnabrueck dicen que sus observaciones en Loango indican que eso es lo que sucedió.
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“Todos lo hacen exactamente de la misma manera”, dijo. “Para mí, esto indica que miran cómo lo hacen otros y copian los movimientos”.
Otros investigadores coincidieron con esta apreciación.
“Esto coincide con observaciones anteriores interpretadas como conducta tradicional, lo que algunos llaman cultura en sentido amplio”, dijo el zoólogo Dietmar Zinner, del Centro de Primates en Goettingen, que no participó del estudio.
Los autores observaron que chimpancés más débiles suelen entregar sus tortugas a adultos más fuertes y capaces de quebrarlas para luego compartir la carne con todo el grupo.
En un caso, se observó a un macho comer media tortuga y luego dejar el caparazón apretado entre dos ramas para regresar al día siguiente y consumir el resto. Esto indicaría que los chimpancés son capaces de planificar, según los autores.
Deschner dijo que estas conductas aprendidas se pueden perder si un grupo de chimpancés resulta eliminado, aunque luego vengan otros a repoblar la zona. “Vemos la desaparición de chimpancés en toda África debido a la destrucción del hábitat y la caza furtiva”, dijo.
“Lo que desaparece no es una simple cantidad sino que con cada población que deja de existir se pierde una cultura singular”.