Pareja acogió a Cruz sin saber que era un “monstruo”

La madre que acogió a Nikolas Cruz reaccionó sorprendida tras la masacre.

La familia que acogió a Nikolas Cruz tras la muerte de su madre adoptiva se mostró sorprendida de haber vivido con un “monstruo” sin saberlo.

“Tuvimos a este monstruo viviendo bajo nuestro techo y no lo sabíamos”, expresó Kimberly Snead en entrevista con Sun Sentinel. “No vimos este lado de él. Todo lo que todos parecen saber, no lo sabíamos”.

El matrimonio Snead aseguró que vieron al joven tras la matanza y que éste les dijo que lo "sentía".

En entrevista con el programa "Good Morning America", del canal ABC, James y Kimberly Snead explicaron que se cruzaron brevemente con Cruz en una estación de policía el mismo día del tiroteo que acabó con la vida de 17 personas en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas.

Kimberly indicó que al verle comenzó a gritar al joven y que lo que "realmente quería más que a nada era estrangularlo".

Fue entonces que Cruz, que se había mudado a su casa después de que su madre adoptiva muriera de una neumonía en noviembre de 2017 y el padre adoptivo falleciera años atrás, les dijo que lo "sentía".

James explicó que todavía viven una "montaña rusa de emociones" y que es "duro" lo que están pasando, pues le abrieron las puertas de su casa y ahora, a través de la Policía y los medios de comunicación, están conociendo cosas de Cruz que ni imaginaban entonces, pues el joven parecía "normal" y era "muy educado".

Cruz era amigo de su hijo, y por eso aceptaron que se trasladara con ellos, y que éste se siente "traicionado" y "furioso" por lo que hizo el autor del tiroteo, pues él mismo estaba en ese momento en la escuela, y que no tienen previsto volver a verle.

James, exmilitar, dijo que una de las condiciones que le impusieron a Cruz para mudarse a la casa fue comprar una caja fuerte para guardar sus armas y que pensaba que él tenía la única llave, por lo que el joven no podía utilizarlas sin su permiso.

En este sentido, indicó que desde que se mudó en noviembre pasado sólo le pidió tener las armas en dos ocasiones, una para limpiar una de ellas, a lo que él accedió, y en otra ocasión que rechazó la idea.

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