El exboxeador Julio César Chávez habló con Un Nuevo Día, en una conversación que abordó el tema de sus adicciones, cómo éstas afectaron su vida y cómo, desde lo aprendido, hoy ayuda a otros.
Chávez dijo que el combate más feroz que ha librado no sucedió en el cuadrilátero. “La pelea más dura ha sido abajo del ring, luchando día tras día con el alcohol y con la droga”, recordó, antes de decir que el abuso de esas sustancias le trajo destrucción, derrotas y fracasos.
Además, señaló que también arrasó con su entorno personal y que no tenía la capacidad de salir de tal foso por sí mismo. “Yo en realidad, yo no quería curarme. Yo estaba enamorado de la droga y no quería parar”, apuntó, y agregó que si no hubiese sido ingresado en una clínica bajo engaños tal vez todavía estaría consumiendo.
Respecto a la experiencia de acompañar a su hijo, Julio César Chávez Jr., dice que es difícil. Como padre, presencia sus combates desde la esquina y no puede contener algunas emociones. “Cuando está peleando yo empiezo a gritar y a gritar. Me desespero, quisiera subirme al ring y hacer las cosas que veo que está haciendo mal”, señaló.
El púgil hoy ayuda, desde su experiencia con las drogas, a otras personas en situación similar o para evitar caer en las adicciones. “Mucha gente se motiva porque ven a un Julio totalmente diferente al que miraban anteriormente y eso me alienta, me da esperanzas para tratar de ayudar a la gente que más se pueda”, remató.
