MÉXICO - Muchos migrantes sienten soledad cuando llegan fechas tan importantes como la Navidad. Y es que no pueden estar rodeados de sus seres queridos mientras se encuentran en un refugio a la espera de que llegue el momento de cruzar la frontera a Estados Unidos.
En la Casa del Migrante, en la ciudad fronteriza de Matamoros, Tamaulipas, son varias las personas que atraviesan esta situación.
"Tristeza y más tristeza", dijo sentir Jhoselex Pérez, un migrante venezolano, quien afirma que extraña a su padre y a sus tres hijos. "No compartir con la familia estos días tan especiales, es una tristeza bien grande que se siente en el corazón", confesó.
Javier Pérez, un peruano que también se encuentra en la Casa del Migrante, prefiere intentar no pensar en lo festivo de la época, para no "lesionar su estado emocional".
"Converso con mis hijas, con mi esposa, por WhatsApp. Pero trato de no pensar en eso para mantener la calma y el orden mental", comentó.
Sin embargo, el director de la Casa del Migrante, José Elías Rodríguez, explicó que hacen todo lo posible para que, al menos para los niños, no se pierda la magia de la Navidad.
"Aquí en la Casa la Navidad es algo mágico. Es algo mágico porque nos llenamos de luces de colores, nos llenamos de piñatas, nos llenamos de pinos navideños. Sin embargo, vemos un panorama distinto con los adultos, con los jóvenes. Van a pasar su primer Navidad fuera de su hogar, van a pasa su primer Navidad en un lugar donde quisieran no estar", reconoció.
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