La charrería es una disciplina compuesta por varios elementos importantes que incluyen los caballos y el charro, ambos le dan vida a esta cultura mexicana.
En el valle de Napa, una familia hispana se encarga de mantener viva esta tradición.
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“Me siento con una gran responsabilidad al representar nuestra cultura cuando nos vestimos de charro”, aseguró Juan Puente, quien práctica la charrería des de hace 30 años.
Esta práctica conlleva un arduo trabajo para quienes se dedican a realizarla.
“El día que salimos a trabajar empieza a las 5:00 a.m., a bañar caballos, arreglar monturas, conectar tu remolque a la camioneta, viajar millas a la charreada, calentar caballos, competir todo el día, regresar a casa es cosa de 14 o 16 horas ese día y el lunes nos levantamos a las 5:00 a.m., a trabajar con mucho gusto y muchas ganas”, explicó Juan.
Pero el sentimiento de pertenencia que las personas sienten al vestirse de charros no se compara con nada.
“Cuando me pongo el traje charro es increíble, vestirte de pantalón, camisa todo, cambias, y más cuando andas arriba de los caballos algo increíble la emoción de participar haciendo lo que te gusta no tiene precio”, indicó Oscar Pérez, charro.
Cada accesorio que lleva la vestimenta de charro representa a la cultura mexicana.
“Cuando nosotros competimos, desde el sombrero, el moño, la camisola, el pantalón, el cinto, las chaparreras, las espuelas y el botín, todo tiene que ser charro mexicano”, dijo Juan.
Y no en vano, este charro asegura que cuando utiliza esta ropa “me siento como Superman cuando tengo el traje de charro”.
La charrería tiene sus raíces en la cría y el pastoreo del ganado a caballo, nació en España, pero a finales de 1800 comenzó a tomar auge en el centro y sur de México.
Actualmente es un deporte nacional que se considera de los más costosos.
Un traje charro puede valer desde $2,000 hasta $10,000, pero muchos consideran que vale la pena el gasto.
