Casi a diario Marisol Rubio, quien es concejal de San Ramón, llega a visitar a su hija Alejandría, quien actualmente se recupera de una operación en el San Francisco Campus for Jewish Living, una operación, en una larga lucha contra el cáncer.
“No quisiera verla aquí, pero la admiro mucho, es una persona increíble con mucho coraje”, aseguró Marisol.
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MIRA AQUÍ GRATIS A los dos meses de su nacimiento ya Marisol notaba que algo no andaba bien con ella.
“Cuando uno lo está vistiendo y vi la cabeza se le caía, y me pareció extraño”, recordó.
Desde entonces aseguró que no fue fácil que los médicos atendieran a sus preocupaciones.
“Me seguía diciendo que tenía infecciones del oído, una desesperación de no saber qué pasa”, indicó.
Y no se equivocaba.
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“Me avisaron que tenía era un tumor como el tamaño de una pelota de golf en el cerebro”, relató.
Inmediatamente fue operada, removieron 95% de la masa, pero la pesadilla no terminó.
Atendiendo a su hija hoy recuerda que tuvo que desafiar diagnósticos de los médicos que hasta le dijeron que estaba paranoica, lidiando con fiebres de 104 sin ninguna explicación, al fin casi a los dos años de edad, un diagnóstico aterrador.
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SUSCRÍBETE “Que era maligno y que se había regado por el sistema central”, dijo Marisol. “Tuve mucha tristeza claro y frustración porque yo les había dicho por 7 meses fíjese más cerca, miren”.
Tan devastador como el diagnostico, fueron las opciones que le daban, incluyendo enviarla a un hospicio.
“Que la dejara morir naturalmente”, indicó.
Con su amor y sabiduría de madre y una voluntad férrea se negó a aceptar esa decisión y acudió a la biblioteca.
“Yo no sabía nada de medicina, pero aprendí rápido, 6 horas y media me la pase haciendo investigación”, aseveró Marisol.
Pidió a los médicos efectuar un tratamiento que integraba quimioterapia tradicional con una nueva medicina, lo más extraordinario para todos fue que su idea funcionó.
“Yo creo en un Dios y yo creo que me estaba guiando, y no sé cómo lo hice, porque yo solo tenía 23 años, imagínese, como lo sabía”, expresó Marisol.
Aunque le había ganado la batalla al cáncer, su sistema nervioso quedó afectado y vendrían más batallas, pero parte de la lección ya estaba aprendida.
“Tengan confianza en sí mismas, sienten, sienten que algo no está bien, no tengan duda, sigan luchando”, aseveró Marisol.
