Después de que el fiscal general de California, Rob Bonta, se negara a procesar un caso contra un exoficial de San Francisco que disparó y mató al sospechoso Keita O'Neil a través de la ventana de su patrulla en 2017, un juez levantó oficialmente la suspensión de la desestimación del caso.
El caso había sido llevado por el exfiscal de distrito de San Francisco Chesa Boudin y luego fue desestimado por su sucesora Brooke Jenkins. Esa moción quedó en suspendida hasta el viernes.
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La oficina del Fiscal General tenía hasta el 5 de junio para decidir si proseguiría con el enjuiciamiento del exoficial Christian Samoyoa.
Pero en una respuesta de 21 páginas enviada por correo electrónico a NBC Bay Area, la oficina del Fiscal General detalló cómo Samayoa llevaba solo unos días en el trabajo y había sido golpeado en la cabeza con bolas de pintura durante un entrenamiento, lo que demuestra que la falta de acción puede tener consecuencias mortales para el oficial.
También informó cómo O'Neil alcanzó su cintura y, por lo tanto, "respalda la razonabilidad de las creencias del oficial de que fue necesario dispararle a O'Neil en defensa propia".
En última instancia, la oficina de Bonta dijo que los cargos contra Samayoa no podían probarse más allá de una duda razonable.
La decisión es un alivio para el abogado de Samayoa, Michael Rains, quien dijo en una breve llamada con su cliente que un nuevo padre estaba feliz.
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“Ha sido un largo camino para Chris Samayoa y su familia y estamos felices de que finalmente haya prevalecido la verdadera justicia, se haya tomado la decisión correcta”, dijo.
El abogado de Green, Brian Ford, indicó que es posible que el Departamento de Justicia se interese, pero la única esperanza es que nuevas personas lleguen al poder.
