San Francisco se convirtió el viernes en la primera ciudad importante del país en exigir una prueba de vacunación completa contra el COVID-19 para las personas que acudan a restaurantes, hacen ejercicio en gimnasios o asisten a conciertos en interiores.
Los restaurantes y bares colocaron carteles y agregaron personal adicional para comenzar a verificar la prueba de vacunación de las personas antes de permitirles la entrada.
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"Definitivamente hay algo de ansiedad sobre cómo va a funcionar todo", dijo Pete Sittnick, socio gerente de los restaurantes Waterbar y EPIC Steak en el paseo marítimo de la ciudad.
Anticipa una desaceleración en el registro de los comensales, un posible rechazo de los clientes que no están de acuerdo con el requisito y escenarios incómodos en los que alguien aparece sin la documentación adecuada.
“Lo bueno es que, si alguien no tiene su verificación de vacunación, aún puede comer afuera. Hay una opción y solo necesitamos estar preparados para diferentes escenarios”, dijo.
La alcaldesa London Breed anunció el requisito hace más de una semana en un intento por detener el aumento de los casos de COVID-19, y dijo que le preocupaba que la variante Delta altamente contagiosa pudiera interrumpir el repunte económico de la ciudad.
El mandato va más allá de la ciudad de Nueva York, que requiere que las personas estén al menos parcialmente inoculadas para una variedad de actividades en interiores de alto riesgo, y Nueva Orleans, que requiere prueba de vacunación o una prueba COVID-19 negativa para comer o beber en interiores.
Local
Sigue una serie de duras medidas que San Francisco impuso desde el comienzo de la pandemia. La ciudad y sus condados vecinos en el Área de la Bahía fueron los primeros en la nación en ordenar a los residentes que se quedaran en casa para frenar la propagación del coronavirus, y fue la primera gran ciudad del país en exigir que todos los empleados de la ciudad que se vacunen, sin la opción de realizar pruebas con regularidad.
La mayoría de los 36.000 trabajadores de la ciudad dijeron que están vacunados, pero unos 4.300 no. Esta semana, la ciudad envió cartas recomendando una suspensión de 10 días sin pago para 20 empleados de los departamentos de policía, bomberos y alguacil que se negaron a informar sobre su estado de vacunación antes de la fecha límite del 12 de agosto, informó el San Francisco Chronicle.
El gobernador Gavin Newsom también ha tenido que endurecer las reglas después de anunciar la reapertura de la economía de California en junio. Ha exigido que los trabajadores de la salud del estado se vacunen para mantener sus trabajos y que todos los maestros y trabajadores estatales se vacunen o se sometan a pruebas semanales.
Los grupos empresariales locales han apoyado el nuevo mandato de vacunas, diciendo que protegerá la salud de sus empleados y clientes y evitará que tengan que limitar la capacidad en interiores. Algunas empresas que se habían encargado de verificar la prueba de vacunación en la puerta dijeron que una política de toda la ciudad ayuda a establecer expectativas claras para todos los clientes.
