Muchos son los mitos que han surgido alrededor de la vacuna contra el COVID-19 debido a la desinformación existente sobre los efectos que esta pude causar.
Por esta razón, la organización St. Francis Center en Redwood City, tomó cartas en el asunto y formó una estrategia para educar a través de los jóvenes a la comunidad de North Fair Oaks, una de las más afectadas por casos positivos del mortal virus.
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Emily Prado, tiene 12 años, es estudiante de séptimo grado y forma parte del grupo de jóvenes que se moviliza para llevar información a padres y vecinos sobre el proceso de vacunación.
La joven asegura que le tomó meses convencer a sus padres para que se vacunaran.
“Porque como decían en las redes sociales que no podían tener bebes, o a lo mejor que le estaban poniendo chips en las vacunas”, aseguró Emily.
Sin embargo, una vez que la adolescente se vacunó sus padres también lo hicieron.
“Yo les empecé a decir de la vacuna apenas que salió, y apenas hoy se la van a poner ya que yo me la puse”, dijo.
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Así como Emily, cerca de una docena de estudiantes trabaja de la mano con la organización para ayudar a informar durante las jornadas de vacunación.
“Nuestros estudiantes entienden la ciencia que respalda las vacunas, convirtiéndose así en unos excelentes mensajeros pues luego van a sus casas y vecindarios a llevar la información”, aseguró la hermana Christina Heltsley, directora de la organización.
La hermana Heltsley afirmó que involucrar a los jóvenes ha sido una estrategia exitosa por lo que continuarán trabajando en las clínicas de vacunación.
“Mi mamá y mis tres hermanas yo las convencí también, me costó mucho, mi mamá porque ella estaba con miedo a la vacuna y no quería agarrarla, pero yo la convencí”, explicó Leslie Sanchez, estudiante y voluntaria en la clínica.
