Un fanático de los Gigantes de San Francisco que fue golpeado afuera del estadio de los Dodger será quien tiré la primera bola durante la ceremonia de apertura en casa para los Gigantes de San José, un equipo en donde él era paramédico antes de que quedara con daño cerebral durante el ataque de hace cuatro años.
"Es una historia de reivindicación", dijo Dan Orum, presidente de los Gigantes de San José, que juegan en el Bakersfield Blaze el jueves. "Sólo para ver por lo que ha pasado, y poderle retribuir de alguna forma, es el tipo de cosa que resuena en todos".
Orum se refiere a la historia de Bryan Stow. El ex paramédico de Santa Cruz, ahora de 46 años, quedó con un fuerte daño en el cerebro después de ser atacado en Los Angeles en el 2011. El padre de dos niños planea levantarse de su silla de ruedas el jueves, abrirse paso en el campo por medio de un andador y lanzar la bola.
La Corte Suprema de Los Angeles le otorgó a Stow $18 millones por parte de los Dodgers y sus agresores en el 2014, sin embargo su familia aún no ha recibido la suma.
Louie Sachez y Marvin Norwood se declararon culpables de los cargos de atacarlo. Sanchez recibió ocho años de cárcel y Norwood fue sentenciado a cuatro.
Orum dijo que Stow hizo una promesa a sus hijos tras el ataque, que cuando estuviera bien regresaría con los Gigantes de San Jose y lanzaría la primera bola.
Stow logró salir de un coma, pasó varios años en la silla de ruedas y ahora es capaz de caminar con un andador por periodos cortos de tiempo.