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Falsas Promesas: exempleadas aseguran haber sido explotadas sexualmente en el bar Agave de San José

Una de las mujeres, quien prefirió mantenerse en el anonimato, aseguró que siendo menor de edad fue obligada a realizarle favores sexuales a los clientes en el estacionamiento del bar.

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Ayer, les contamos de las serias acusaciones que enfrenta el restaurante y bar Agave en San José. 

Prostitución siendo una de ellas, en la segunda parte de la serie investigativa Falsas Promesas, Yomara López nos tiene los testimonios de dos mujeres quienes dicen trabajaron en ese lugar y aseguran

que las acusaciones que enfrenta el negocio son reales. 

Durante el día, es un restaurante común y corriente, al caer la noche, se convierte en bar o por lo menos es lo que muchos piensan, ya que, en medio de la música y de tragos,  se esconde otra realidad, así cuentan dos mujeres que no quisieron ser identificadas por miedo a represalias.

 “Comiencen con un shot, que un ratico alegre con ellos”, dijo María, quien dice que trabajó en el Agave.

 Así recuerda esta mujer a quien llamaremos María, la primera vez que sus jefes le pidieron hacer algo más de lo que conllevaba su trabajo como mesera.

Y asegura que no fue a la única a la que se lo propusieron.

“Cómo nos damos cuenta? porque comienzan a cogernos a un grupo de chicas, más que todo las nuevas, las que recién llegábamos y nos dice miren se les van a pagar tanto y tanto y tanto a parte de los sesenta dólares por turno si ustedes son damas de compañía con los clientes”, explicó María. 

María se rehusó a hacerlo.

 “Yo corrí con suerte porque gracias a Dios lo único que hacían eran llamadas de advertencia”, aseguró.

Sin embargo, recuerda que, a otras empleadas, sí las amenazaban a menudo.

 “Vamos a buscar a sus familiares, las vamos a deportar”, dijo María

María dice que había un grupo de mujeres a las que les iba aún peor.

 “Incluso allá había menores de edad con identificación falsa, obligados a hacer lo que ellos quisieran”, afirmó María. 

Acusaciones que la policía de San José confirmó que no habían escuchado antes.

Una mujer a quien llamaremos Ashley expresó que fue una de esas jovencitas.

 “Entre las que estábamos yo era la menor de edad y me dijeron que no había problema, porque solo faltaba poco para la mayoría de edad”, dijo Ashley. 

Asegura que la obligaron a trabajar como prostituta.

 “Sí nos teníamos que drogar, mayormente cuando no queríamos, nosotras decíamos que no más, que ya no quería estar con los clientes, que ya estábamos cansadas, no podíamos. Pasaba la una, dos de la mañana  y todavía si llegaba un cliente, ya a punto de cerrar, pues teníamos que estar allí hasta la que el cliente decidiera teníamos que estar allí e irse con el cliente”, afirmó Ashley.

Ashley me asegura que las obligaban a involucrarse sexualmente con los clientes en el estacionamiento de agave. 

“Cuando nos damos cuenta que teníamos que hacerle sexo oral a los clientes en los carros…y nos decían que tenían que aceptarlo porque teníamos que aceptarlo”, relató. 

Asegura que también la amenazaron.

“Me decían que tenía que hacerlo porque o sino iban a llamar a inmigración y que inmigración me iba a meter presa”, dijo. 

Ashley también dice que fue chantajeada 

“Cuando me tocaba hacerle sexo oral a los clientes a esos morbosos que llegaban a ese lugar de verdad… nos tomaban fotos, nos grababan y nos chantajeaban de que lo iban a subir al internet, que nos iban a desprestigiar”, aseguró. 

Ashley no sabía a quién reportar lo que estaba sucediendo 

 “Cuando comenzó todo esto yo decía que llegue la policía! y se van a dar cuenta lo que está pasando y nos van a llevar de acá, pero no era lo mismo, era como si tuvieran una venda en el ojo, o se hacían los ciegos o los de la vista gorda”, enfatizó.

Y es que asegura que varios policías de San José eran clientes y participaban de estos actos ilícitos. 

 “Muchos policías, iban allá pues en busca de enredarse con las chicas y las chicas les ponían cuidado y terminaban en problema. Incluso habían chicas que siendo novias de estos policías se desaparecían y pues a ellos no les importan, uff quién decía algo? nadie”, afirmó María.

¿Cómo sabías que eran policías?

“Porque iban vestidos en uniforme”, aseveró María.  

María aseguró que el restaurante tenía un trato especial con algunos policías.

 “Los tenían comprados, los compran con las mismas chicas, dicen no ustedes nos cuidan, no nos reportan y les damos la chica, incluso créeme que yo llegué a pensar que varias chicas que desaparecieron que el 99% eran colombianas, se las regalaban a los mismos policías, váyase a saber uno para qué”, indicó 

Le preguntamos a la policía de San José sobre estas acusaciones y esto fue lo que dijo Christian Camarillo, vocero de ese departamento.

 “Ahorita no tenemos ningún reporte, nadie ha hecho una demanda, nadie ha declarado formalmente si este tipo de actividades han estado ocurriendo en este local. Si definitivamente alguien reporta algo vamos a tomarlo enserio, vamos a hacer  una investigación, pero hasta ahorita  no tenemos información de ningún empleado o empleada involucrado y  de que esto está ocurriendo, lo que sí te puedo compartir es que este local tiene seguridad armada, se visten muy similar a los que visten nuestros oficiales no sé si se están confundiendo”, indicó.

El 7 de octubre del 2021, la abogada de los acusados, Dania Marie Baker nos envió un comunicado que dice en parte:

“Mientras que la ciudad de San José entabló una demanda por estorbo público, son alegaciones y no hechos comprobados. Ninguna de las alegaciones ha sido probadas como ciertas o justificadas. Agave se mantiene firme en su posición de que no fomenta ni promueve actividades ilegales y asegura que esas alegaciones son falsas y sin fundamentos.

Agave voluntariamente tomó parte y negoció un acuerdo con la ciudad de San José en lugar de entrar en una batalla legal en momentos en los cuales se han visto económicamente afectados por el covid. si aún existe alguna culpabilidad, agave ha pagado acordando cerrar sus puertas de forma voluntaria”.

Mañana en nuestra investigación especial nos enteraremos de cómo estas mujeres dicen fueron engañadas desde Colombia, les vendieron un trabajo y dicen terminaron traficadas, amenazadas y como esclavas sexuales a merced de los dueños del restaurante y bar Agave en San José. 

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