Cuatro doctores de la Universidad de California en San Francisco crearon una petición, que fue enviada el viernes al gobernador Gavin Newsom, a los superintendentes escolares del estado y a las autoridades de salud, asegurando que ya es hora de que el COVID-19 empiece a ser reconocido como una endemia y no como una pandemia.
La petición, que ya tiene, más de 32,000 firmas, fue escrita por Jeanne Noble, doctora y directora de respuesta de COVID-19 para el Departamento de Emergencias de UCSF Parnassus; Jennifer Nguyen, pediatra del UCSF Benioff Children’s Hospital Oakland; Vinay Prasad, profesor Asociado de Epidemiología y Bioestadística y Hematólogo-Oncólogo del Hospital General de San Francisco; Jarrett Moyer, cirujano de UCSF y Laura Chinnavaso, Ayuda en casos de desastre del condado de Alameda.
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Estos expertos aseguran que con la disminución en el número de contagios por COVID-19 y la baja tasa de hospitalizaciones California puede pasar a la endemia, lo que permitiría que se eliminen todas las restricciones impuestas desde la llegada de la pandemia.
“Las políticas COVID-19 de California no han evolucionado con el advenimiento de vacunas altamente protectoras y ampliamente accesibles. Nuestras políticas restrictivas, que han causado daños colaterales considerables a lo largo de la pandemia, hace tiempo que perdieron su justificación como necesarias para la prevención de enfermedades graves y la muerte. Estas políticas generalizadas continúan afectando negativamente nuestra vida profesional y personal sin un beneficio claro ni un final a la vista”, escribieron los doctores en la petición.
CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE LA ENDEMIA Y LA PANDEMIA
Las pandemias son epidemias que afectan o han afectado a distintas zonas del mundo al mismo tiempo. El COVID-19 ha sido catalogado como una pandemia debido al gran número de países que han resultado afectados.
Mientras que la endemia son enfermedades infecciosas que se encuentran en un país o área determinada. Estas enfermedades pueden estar presentes permanentemente durante años.
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Científicos aseguran que el COVID-19 se podría convertir en una endemia como ha pasado con otro virus como la gripe.
Adicionalmente, los expertos le pidieron al gobernador:
1. Reconocer que todos los adultos y la mayoría de los niños en edad escolar ya han tenido la oportunidad de vacunarse por completo, y que es probable que imponer más mandatos, en particular, que requieran refuerzos para los niños, aumente la desconfianza y el resentimiento hacia los funcionarios gubernamentales y de salud pública.
2. Reconocer que muchas familias en California vacunaron a sus hijos por el bien de la sociedad ya que los niños corren un menor riesgo de enfermedades graves.
3. Reconocer que las personas vacunadas de todas las edades en este estado han estado esperando una recompensa por sus esfuerzos en forma de una mayor relajación de las restricciones que aún no han recibido.
4. Reconocer que el público está cansado de dos años de restricciones, cambiar los mensajes de los funcionarios gubernamentales y no reconocer que el riesgo de COVID-19 grave entre los niños es significativamente menor que en los adultos; de hecho, los líderes gubernamentales y los expertos en enfermedades infecciosas podrían tardar más de una generación en recuperar la confianza del público.
5. Reconocer el menor riesgo que la enfermedad de COVID-19 representa para los niños en comparación con el costo desproporcionado que las medidas de mitigación han tenido en los niños.
6. Reconocer la crisis de salud mental en curso que está presente en nuestros niños y adolescentes debido al aislamiento social y la ansiedad que ha creado esta pandemia.
7. Reconocer la crisis educativa en curso que se está desarrollando ante nosotros mientras los niños no puedan ver las caras de sus maestros y compañeros y escuchar adecuadamente e interactuar con ellos.
8. Permita inmediatamente que los niños en edad escolar se quiten la máscara mientras están al aire libre, incluso durante los deportes, aclarando que las exposiciones al aire libre al COVID-19 son encuentros de riesgo extremadamente bajo y no deben calificar como contactos cercanos a los fines de las cuarentenas.
9. Hacer que las máscaras sean opcionales mientras se está en interiores en entornos escolares cuando el mandato general de máscaras de California expire el 15 de febrero de 2022, o a más tardar el 24 de febrero de 2022, doce semanas después de que el último niño de la escuela pública sea elegible para la vacuna.
10. Reconocer el posible daño en el desarrollo que se causa a los bebés y niños pequeños que no pueden ver la boca de sus cuidadores y maestros cuando se les habla ni ven sus expresiones faciales completas en sus interacciones.
11. Permitir inmediatamente que los maestros y estudiantes de preescolar y guardería se quiten el cubrebocas en todo momento si así lo desean. Si no eligen hacerlo, proporcióneles la guía de los CDC sobre las opciones de uso de mascarillas, enfatizando el uso de mascarillas unidireccionales como una estrategia de protección.
12. Trabaje para poner fin a las pruebas sin sentido de personas asintomáticas sin un propósito claro dado que COVID-19 llegó para quedarse.
13. Reconocer que las políticas en los campus universitarios deben reconocer el bajo riesgo relativo y la alta tasa de vacunación de la población, por lo que no garantizan retornos al aprendizaje a distancia que privan a nuestros jóvenes adultos de una interacción social que es formativa para toda la vida.
14. Pasar inmediatamente de una respuesta de salud pública basada en tasas de casos a una que analice estrictamente las hospitalizaciones y las muertes en un contexto más amplio.
15. Reconocer que la variante actual de Ómicron es menos letal que las variantes anteriores.
16. Reconocer que las verdaderas hospitalizaciones por COVID-19 siguen siendo bajas en este estado y particularmente en el Área de la Bahía, y que debemos abstenernos de restricciones impulsadas por el pánico que infligen daños colaterales adicionales a nuestras poblaciones más vulnerables, sin justificación por una variante menos mortal.
17. Comprometerse con un análisis riguroso de costo-beneficio para todas las políticas restrictivas de COVID para garantizar que el beneficio siempre supere el daño, sin priorizar de manera desproporcionada la prevención de la transmisión de COVID-19 por encima de todas las demás consideraciones de salud.
