Miembros del congreso del Área de la Bahía realizaron un recorrido el lunes por la Prisión Federal de Dublín que ha sido foco de denuncias relacionadas con el abuso sexual.
“Esta prisión es un ambiente cultural y tóxico. Cuando tienes un alcaide, un capellán y otros dos oficiales acusados de agresión sexual y dos que se declararon culpables, tienes una podredumbre cultural en una institución”, aseguró Jackie Speier, congresista.
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La prisión se ha visto en el ojo del huracán luego de que una reclusa denunciara en el 2014 haber tenido sexo forzado con los guardias.
Eric Swalwel, congresista, afirmó que la cárcel ha tomado el COVID-19 como excusa para no instalar cámaras de seguridad o hacer actualizaciones en todos los edificios.
“No les permiten a las reclusas tener acceso a diversos recursos, es una situación de negligencia que ha dado paso a los casos de abusos”, indicó Swalwel.
Otras de las preocupaciones de las autoridades es la presencia de guardias que tienen denuncia en su contra y continúan realizando sus funciones en la prisión.
Por su parte, John Kostelnik, vicepresidente del Sindicato de Guardias de Prisiones dijo que están abordando todos estos problemas desde el año pasado.
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Los congresistas añadieron que esperan que más recursos económicos y personal lleguen a la cárcel.
