Organizaciones sin fines de lucro, instituciones y hasta pequeños comercios que se identifican con la comunidad indígena de Oaxaca, se acercaron a las familias de las víctimas del tiroteo en Half Moon Bay para ofrecer una mano amiga.
Héctor Hernández, director del centro unidad popular Benito Juárez con base en el Valle Central de California, ha estado en contacto con la familia de José y Pedro Félix Romero Pérez, para brindarles apoyo al ser miembros de la comunidad indígena oaxaqueña.
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“Dado el caso que lo ocupen, nosotros haríamos lo posible de buscar a alguien que hable el zapoteco” aseguró.
Los hermanos Romero Pérez son originarios de la comunidad zapoteca de San Juan Ozolotepec, y tras la muerte de José, la organización ha apoyado en la recolección de fondos para repatriar su cuerpo.
El restaurante en Bakersfield, El Rinconcito Oaxaqueño, a 278 millas de Half Moon Bay, también se está solidarizando y el próximo domingo realizará una venta de platos de mole. Lo recaudado se entregará a la familia Pérez Romero.
Gloria Maldonado, la dueña del restaurante, aseguró que “todo lo que se recaude del mole se le va a dar al a Fundación Benito Juárez para que se lo hagan llegar a los familiares del difunto”.
De igual manera en México, el Instituto de Atención Integral al Migrante Oaxaqueño, se reunió con las dos familias de las víctimas mortales de la masacre, para asistirlos con los trámites de pasaporte, visa humanitaria y traslado de cuerpos.
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Silverio Ávila Martínez es director de dicho instituto y aseguró que las víctimas “están pasando por un momento tan difícil así que comentarles que estamos al pendiente tanto con los familiares en Estados Unidos como en Oaxaca”
Organizaciones que velan por los derechos de ese sector de la población migrante que llega a California, aseguran que estas familias deben sobrepasar más retos cuando ocurren estas tragedias.
Hernández expresó su descontento por la situación, enfatizando que no fue hasta que sucedió la tragedia, que se ha hecho pública la mala condición de las viviendas “porque los mataron adentro de la compañía, pero los hubieran matado en la tienda, en la calle, nadie se hubiera dado cuenta de esta situación” declaró.
Por eso, parte del apoyo que ellos brindan sigue enfocado en abogar por más recursos y que lleguen a las manos de quienes los necesitan. “Necesitamos que los programas del gobierno no nada más estén en papel. Eso de nada sirve, es como decir: ‘Tienes todos estos derechos, pero no hay agencias que le den seguimiento’” concluyó.
