Comerciantes han comenzado a tomar extremas medidas para evitar continuar siendo víctimas de la ola de robos que se han registrado en el Barrio Chino de San Francisco.
Los afectados aseguran que ahora deben cerrar dos horas antes de que oscurezca.
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La propietaria de una joyería, que prefirió mantenerse en el anonimato por miedo a represalias, aseguró que la última serie de robos la perpetró un grupo de entre 10 a 12 personas, según ella, menores de 15 años.
“Al verlos, cerré la puerta y apagué la luz porque estaba sola”, aseguró.
Sin embargo, otros comerciantes no corrieron con la misma suerte cuando el grupo ingresó a robar varios establecimientos en el área de Grant Street.
Anita, dueña de Jade Bazar fue testigo de uno de los robos.
“Fue una locura, es realmente inseguro tener un negocio en esta ciudad”, indicó la comerciante.
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Aunque en esta ocasión no fue víctima de robo, sí lo ha sido en otras oportunidades por lo que decidió tomar drásticas medidas.
“Cada empleado tomó clases de defensa personal, compré un bastón, varios aerosoles de pimienta e instalé varias cámaras de seguridad”, indicó Anita.
La organización Delta Chinatown Initiative dijo que a finales de este mes instalarán varias cámaras en los callejones para ayudar con esta peligrosa situación.
