Expertos en leyes indican que perturbar el orden público es un delito y la tarde del domingo eso fue parte de lo que ocurrió en el centro comercial Bay Street en Emeryville donde alrededor de 300 jóvenes y adolescentes desataron múltiples peleas.
Las peleas comenzaron a las 4:30 p.m., cuando 50 jóvenes entraron a causar disturbios en una tienda por lo que la policía tuvo que escoltarlos fuera del local.
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Pero solo minutos después llegó otro grupo de 100 jóvenes y más tarde otros 150, según la policía. Fue entonces cuando múltiples peleas tuvieron lugar tanto en la zona del patio como en otras áreas del centro comercial.
Residentes como José González, que llevan 10 años viviendo en la zona, se sintieron asombrados al ver las imágenes.
“Sorprendido porque mis hijos todo el tiempo caminan aquí, muy sorprendido”, dijo José.
A raíz de los disturbios, una persona resultó herida con arma blanca, y aunque la policía reportó al menos un disparo, no encontraron víctimas. Fue necesario evacuar las salas del cine AMC.
Solo se reportó el arresto de una persona.
Telemundo 48 habló con un abogado penalista quien explicó que causar disturbios en la vía pública como pelearse, aunque no se use un arma letal, es algo castigado por la ley.
“Hacerlo no más con puños en un área pública es un delito menor pero todavía es delito”, dijo Javier Ríos, abogado penalista de San José.
Un apuñalamiento o disparar un arma de fuego son delitos graves e incluso si los comete un menor de edad puede acarrear serias consecuencias.
“Cuando un adolescente tiene 16 años o más, pero no ha cumplido 18, a veces la Fiscalía puede mover el caso de los tribunales de menores de edad al tribunal de los adultos”, indicó Javier.
Y aunque los padres usualmente no reciben cargos por delitos cometidos por sus hijos menores de edad, estos últimos enfrentan secuelas duraderas.
“Pueden usar este antecedente penal cuando uno es adulto y puede doblar la sentencia si uno comete delitos en el futuro”, explicó Javier.
La policía de Emeryville necesitó el apoyo de la policia de Berkeley, Oakland y del Alguacil del condado Alameda para dispersar a la multitud, algo que lograron varias horas después alrededor de las 8:30 p.m.
