COLUMBIA, Carolina del Sur — El gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, convirtió en ley un proyecto que obliga a que los reos en pena de muerte escojan entre la silla eléctrica o un pelotón de fusilamiento, con la esperanza de que el estado pueda retomar las ejecuciones luego de una pausa involuntaria de 10 años.
Carolina del Sur ha sido uno de los estados más prolíficos de su tamaño en cuanto a ejecutar la pena de muerte. Pero la falta de fármacos para la inyección letal frenó las ejecuciones.
McMaster promulgó la ley el viernes sin ceremonia, de acuerdo con el sitio web oficial del poder legislativo estatal. Fue el primer proyecto que el gobernador resolvió de casi 50 que llegaron a su escritorio el jueves.
La ley mantiene la inyección letal como el método principal de ejecución si el estado cuenta con el fármaco, pero requiere que las autoridades penitenciarias usen la silla eléctrica o un pelotón de fusilamiento en caso de no tenerlo.
La fiscalía indicó que tres presos han agotado todas sus apelaciones normales, pero no pueden ser ejecutados debido a que, de acuerdo con la ley anterior, los reos que no elijan la silla eléctrica deben morir por inyección. Todos han elegido el método que no puede aplicarse.
La fecha de inicio de las ejecuciones sigue en el aire. La silla eléctrica está lista para usarse.
Autoridades penitenciarias están realizado un estudio preliminar sobre la forma en que los pelotones de fusilamiento llevan a cabo las ejecuciones en otros estados, pero no están seguros cuánto tiempo tomará formar uno en Carolina del Sur. Los otros tres estados que autorizan un pelotón de fusilamiento son Mississippi, Oklahoma y Utah, de acuerdo con el Centro de Información sobre la Pena de Muerte.
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