Muerte de Qasem Soleimani

Trump responde a amenazas de venganza de Irán y desafía con atacar 52 objetivos

Miles de iraníes despidieron al general militar Qassem Soleimani pidiendo "muerte a Estados Unidos".

Telemundo

Mientras miles de milicianos y simpatizantes despedían este sábado al general iraní Qassem Soleimani, el presidente Donald Trump advirtió que tienen identificados más de 50 objetivos en el país del Medio Oriente, en caso de que Teherán cumpla su promesa de vengar la muerte de su líder militar.

"Si Irán ataca Estados Unidos o a cualquier estadounidense, tenemos 52 objetivos en Irán, algunos de muy alto nivel e importantes", dijo el presidente Trump en su cuenta de Twitter. "Algunos serán atacados muy rápido y muy fuerte. ¡Estados Unidos no quiere más amenazas!", agregó.

Mientras tanto, miles de iraníes coreaban este sábado "Muerte a Estados Unidos” y marcharon en una procesión fúnebre en Bagdad en honor del principal general de Irán, después de que murió en un ataque aéreo estadounidense, mientras la región permanece en alerta ante la posibilidad de que la República Islámica cumpla sus promesas de venganza.

Irán prometió responder al ataque con dureza, lo que elevó el temor a una posible guerra total, pero no está claro cómo o cuándo podría hacerlo. Es probable que haya represalias después de tres días de duelo declarado por el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.

El general Qassem Soleimani, jefe del grupo élite iraní Fuerza Quds y artífice de la estrategia de seguridad de la República Islámica en el extranjero, murió en la madrugada del viernes en un ataque perpetrado en las inmediaciones del aeropuerto de la capital iraquí, junto con líderes insurgentes iraquíes.

El ataque aéreo, ordenado por el presidente Donald Trump, elevó las tensiones regionales y puso a prueba la alianza de Estados Unidos con Irak.

Todos los ojos estaban puestos en Irak, donde Estados Unidos e Irán han competido por tener influencia desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2003.

Trump dijo que ordenó la operación, una decisión de alto riesgo que tomó sin consultar al Congreso ni a los aliados de Estados Unidos, para evitar un conflicto. La Casa Blanca aseguró que Soleimani estaba preparando una serie de ataques que ponían en peligro a funcionarios y soldados estadounidenses, pero no ofreció pruebas.

Soleimani era el arquitecto de la política regional iraní de movilización de milicias en Irak, Siria y Líbano, incluso en la lucha contra el grupo extremista Estado Islámico. Se le acusa de ataques contra tropas estadounidenses y aliadas desde la invasión de Irak de 2003.

En Bagdad, miles de dolientes, en su mayoría hombres con uniforme militar negro, portaban banderas de Irak y de las milicias respaldadas por Teherán, que eran extremadamente leales a Soleimani. También lloraban la muerte de Abu Mahdi al-Muhandis, un destacado comandante miliciano iraquí que fue víctima del mismo operativo.

Los participantes, muchos de ellos llorando, corearon “No, no, Estados Unidos” y “Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel”. Mohammed Fadl, uno de los que iban de luto, apuntó que el funeral es una muestra de lealtad a los líderes caídos: “Este es un golpe doloroso, pero no nos sacudirá”.

Dos helicópteros volaron por encima de la procesión, a la que asistieron el primer ministro de Irak, Adel Abdul-Mahdi y líderes de guerrillas auspiciadas por Irán.

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