Trama rusa: fiscal vincula a allegado de Trump con el Kremlin

Asegura que el "número dos" de la campaña electoral trabajó con gobiernos extranjeros.

Rick Gates, "número dos" de la campaña electoral del presidente de EEUU, Donald Trump, se comunicó en septiembre y octubre de 2016, justo antes de las elecciones presidenciales, con un sujeto que según el FBI tiene lazos con los servicios de inteligencia rusos.

Esa acusación figura en un nuevo escrito judicial que presentó el miércoles ante la corte del Distrito de Columbia el fiscal especial Robert Mueller, que investiga si el Kremlin y miembros de la campaña de Trump se coordinaron para influir en el resultado de las elecciones.

Según el fiscal especial, Gates mantuvo numerosas conversaciones telefónicas con el hombre ligado al Kremlin, que aparece identificado en el escrito como "persona A" y al que se describe como un exsocio de Gates y Paul Manafort, el que fuera jefe de campaña de Trump entre junio y agosto de 2016.

En concreto, Mueller asegura que la "persona A" trabajó con Gates y Manafort en una de las campañas que hicieron a favor del Gobierno prorruso de Víktor Yanukóvich en Ucrania.

Precisamente, Gates y Manafort son dos de las figuras principales de la trama rusa debido al trabajo que desempeñaron entre 2006 y 2017 para gobiernos extranjeros y que ocultaron al Gobierno de EEUU.

En concreto, tanto Gates como Manafort están acusados de crear una "red de entidades y cuentas bancarias" en diferentes países para ocultar $75 millones que obtuvieron del gobierno de Yanukóvich y de oligarcas rusos a los que ayudaron, por ejemplo, a mejorar su imagen en Estados Unidos.

Cuando se produjeron las llamadas telefónicas con la "persona A", Gates ya no ocupaba el segundo puesto en el liderazgo de la campaña de Trump, sino que se ocupaba de las comunicaciones con el Comité Nacional Republicano (RNC), el órgano ejecutivo del partido.

Medios locales, como The New York Times, han identificado a esa "persona A" con Konstantin Kilimnik, el hombre de confianza de Manafort en Ucrania y que fue investigado por la Fiscalía ucraniana debido a sus posibles lazos con agencias rusas de inteligencia, aunque esa investigación se cerró el año pasado.

No obstante, el FBI vincula directamente con el Kremlin a la persona con la que Gates habló justo antes de las elecciones.

Mueller inició en mayo de 2017 su investigación como fiscal especial, un cargo independiente del Gobierno, por lo que se asegura la neutralidad de las pesquisas.

Hasta el momento, Mueller ha acusado a trece rusos y tres compañías rusas de interferir en las elecciones de 2016.

También ha presentado cargos contra cinco personas relacionadas con el actual mandatario: Manafort; Gates; el abogado Alex Van Der Zwaan; su exasesor de seguridad en la Casa Blanca Michael Flynn, y otro exasesor, George Papadopoulos, que trabajó para el magnate durante las elecciones.

Todos los acusados, incluido Gates, han firmado una declaración de culpabilidad y están colaborando con el fiscal especial.

Paul Manafort, de 68 años, es el único que se ha negado a declararse culpable de las decenas de cargos criminales de los que le acusa Mueller y entre los que destacan nueve delitos de fraude bancario, que acarrean cada uno una pena mínima de 30 años de prisión.

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