Migrantes se acercan a línea fronteriza para ver a Trump

Desde la ciudad de Reynosa intentan dirigirse al presidente de EEUU.

No eran más de 20, pero hablaron a nombre de todos los migrantes que suspiran viendo hacia el otro lado de la frontera de México

"Verdaderamente es algo no humanitario", decían durante una protesta en la ciudad fronteriza de Reynosa, en el estado de Tamaulipas.

Se pararon bajo la cruz que no deja olvidar el sacrificio de quienes van en busca de un vida mejor, y con pancartas y un largo silencio intentaron que su mensaje le llegara al presidente de Estados Unidos, quien estaba muy cerca de ellos. 

"Le diría al presidente Trump que tome conciencia, que se ponga las manos en el corazón y que piense que también somos seres humanos", comparte Martín Duarte, uno de los migrantes procedentes de Nicaragua. 

Martín apenas llegó el miércoles a Reynosa luego de viajar durante casi un mes desde Nicaragua, y dice que decidió unirse a esta protesta porque al igual que Fernando Andrade, no está de acuerdo en la forma en que Donald Trump se expresa de los migrantes. 

"No todo lo que dice él es cierto, no todos somos delincuentes; venimos con un propósito, con esperanza, con la fe de poder ser alguien en la vida", dice Andrade, un migrante mexicano.

El mismo sentimiento lo compartieron hombres y mujeres a todo lo largo de la línea fronteriza al saber que Donald Trump estaba en el límite entre la nación que les ha servido de tránsito y el país por el que suspiran. 

Desde ahí, un activista pidió al gobernante del país vecino que reflexione sobre la construcción del muro que hasta ahora solo ha provocado confrontaciones. 

"Entre más se aferre a no dejar pasar a la gente, la gente va a seguir llegando para integrarse a Estados Unidos por los problemas de desigualdad que hay en sus países", argumenta el activista José María García.

Doña María Alfaro rezó para que la clemencia despierte en el corazón del mandatario. 

"Yo sé que dios puede transformarlo, que no piense mal de nosotros y que nos dé la oportunidad de entrar", dice Alfaro. 

Y se quedaron parados de este lado del río, esperanzados en que el viento llevará hasta su destinatario sus deseos.

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