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California tiene una bien merecida reputatión como un lugar donde la innovación y la invención son ingredientes clave para el éxito del estado. Como la 6.a mayor economía del mundo, California lidera el país en una amplia gama de campos que incluyen la tecnología, el entretenimiento y la agricultura. Afortunadamente, otra área en la que California está estableciendo la pauta para el resto del país es en el campo de la energía limpia y sostenible.
Las amenazas del calentamiento global no se pueden desestimar. En California, se está viviendo una sequía histórica que ha secado colinas y lagos y ha dejado montañas sin nieve. Se pronostica que el 2016 llegue a ser el año más caluroso jamás registrado, y el aumento del nivel del mar amenaza la viabilidad a largo plazo de muchas de sus comunidades costeras.
Hace diez años, California aprobó la Ley de Soluciones al Calentamiento Global, una ley innovadora para combatir el calentamiento global y reducir drásticamente los gases de efecto invernadero (GEI).También conocida como AB 32, fue el primer programa en el país en adoptar un enfoque integral a largo plazo para abordar el cambio climático, manteniendo una economía sólida en el estado.
PG&E fue el primer proveedor importante de energía en el estado que apoyó la AB 32, y ha estado a la vanguardia de la implementación de nuevas tecnologías y programas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los avances en el campo de la energía limpia, como el aumento masivo en energía renovable y el avance en la electrificación de vehículos, han superado lo que se creía posible hace diez años.
El audaz experimento que fue la Ley de Soluciones al Calentamiento Global ha dado frutos. Y al mismo tiempo, el producto interno bruto de California en el 2016 creció más rápido que el de cualquier otro estado.
Actualmente, la energía eléctrica que PG&E proporciona a sus clientes se encuentra entre las más bajas de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la nación. De hecho, más del 55% de la energía que PG&E suministra proviene de fuentes que no emiten gases de efecto invernadero. Las tasas de emisiones de dióxido de carbono de PG&E, verificadas independientemente, son aproximadamente un tercio del promedio nacional entre los proveedores de electricidad.
Incluso con estos avances, queda mucho por hacer. Se sabe que con el fin de alcanzar los objetivos del programa más ambicioso en Norteamérica para la reducción de gases de efecto invernadero, según lo propuesto por el Gobernador Jerry Brown, se necesitará innovación, compromiso y colaboración entre varias entidades. Además, la realidad es que California no puede hacerlo solo. Se necesita construir un modelo que sea lo suficientemente flexible para incorporar a otros estados, y sí, también otros países.
Los objetivos de la AB 32 eran reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a los niveles de 1990 a más tardar en el 2020. Ahora, California ha elevado los estándares con el objetivo de reducir las emisiones en un 40 por ciento por debajo de los niveles de 1990 durante la próxima década y media. Para ayudar a lograrlo, el estado aprobó el año pasado un nuevo requisito de que al menos el 50 por ciento de toda la energía se debe obtener de fuentes renovables a más tardar en el 2030.
PG&E apoya estos objetivos. Pero no debemos enfocarnos exclusivamente en las energías renovables, sino también en acabar con los GEI y establecer soluciones regionales. PG&E cree que los grandes desafíos, como el cambio climático, requieren grandes soluciones. En las próximas semanas, PG&E compartirá más detalles acerca de algunos de los innovadores programas que se están implementando para transformar el futuro de su infraestructura de energía. PG&E aspira a trabajar en conjunto para construir un futuro con energía limpia y hacer de California el modelo para la economía del siglo XXI.
